Solo unas palabras, mi nombre es Alberto Aulet Fierro. Nací en Barcelona (España), viví 30 años en Venezuela y actualmente llevo la otra mitad de mi vida nuevamente en España en diferentes lugares. Psicólogo de profesión, he estado vinculado al mundo de la educación universitaria y la formación en el ámbito comercial en RRHH.
La fotografía aparece en mi vida alrededor de los 12 años manipulando una Kodak Instamatic de mi padre. Descubrí que ver la vida a través de un visor suponía una forma distinta de mirar el mundo, hasta el punto de que hoy en día, la experiencia y el acto de fotografiar transforma mi realidad cotidiana. A los 18 años y ante la elección de mi futuro, decidí que aquello tan mágico para mí como es el “acto fotográfico” no podía convertirse en una profesión y mucho menos en un trabajo; perdería la magia y el encanto para convertirse, ya no en un refugio y un momento único, sino que la obligación entraría a contaminar la magia. Así que opté por observar a los seres humanos y tratar de entenderlos. La opción de la profesión y formación en psicología y la fotografía como Hobbie, eran un pack excelente y …..fue mi elección.
Como buen amateur, la formación fue en su mayoría autodidacta. En los 70 y 80 no había internet, pero los contenidos sí que existían y eran de alta calidad. Se gestionaban con más lentitud, a fuego lento y eso es quizás de las cosas que más he disfrutado. Aprender sin prisa pero con un objetivo claro, descubrir como captar el mundo y verlo con la libertad de elegir el "qué, cómo y por qué."
Sin duda la parte técnica en fotografía es imprescindible, pero no logré encontrar la máxima libertad hasta que la "olvidé". Se convirtió en un mecanismo inconsciente que simplemente me ayudaba a centrarme en lo que sí era imprescindible, observar con "silencio interno".
Dejar de centrar el “acto fotográfico” en la técnica, me llevó cada vez más a ser elitista y selectivo con el equipo que utilizo. Transité como era de esperar, por todo el mundo "Reflex", (Pentax y Canon) donde la obsesión por el equipo y la óptica, me llevo equivocadamente a creer que la magnitud de estos elementos eran lo importante. Actualmente mi equipo se centra en marcas de calidad, pero con cámaras compactas, fáciles de llevar, con pocos automatismos y respetando el concepto tradicional de la técnica. La marca Leica ha sido la que mejor ha cumplido este criterio. Las cámaras Leica compactas cumplen a la perfección el concepto minimalista y ligero, en un modelo tradicional de pocos automatismos y mucha artesanía. Como bien afirmaba en su frase Alfred Eisenstaedt : "Lo más importante no es la cámara, sino el ojo".
Y ahora qué?
En la actualidad, parece que el mundo de la edición y la IA transformarán la fotografía, pero la verdad, es que tanto antes como ahora, se sigue necesitando del "qué, cómo y por qué" de una imagen y eso solo lo puede indicar quien está detrás de la cámara. Si lo que se quiere es disfrutar creando imágenes y aportando documentos de la realidad, la fotografía está en un buen momento. Si lo que se busca es competir para otros fines, quizás sí está en un grave riesgo.
En estos momentos y después de 50 años de mi vida, transitando acompañado de una cámara, he decidido organizar e integrar gran parte de mi producción de imágenes en un espacio WEB. Mi intención está dirigida a constatar, a modo de satisfacción personal, el camino andado y de sentir que toda esta producción forma parte de mis aprendizajes, esfuerzos, éxitos y frustraciones, en el mundo de este arte.
“Disparar con una Leica es como un beso largo y tierno, como disparar una pistola automática, como una hora en el diván del analista ". (Henri Cartier-Bresson).